miércoles, 18 de mayo de 2011

LAS OBRAS SE PARALIZAN (1680-1668)

5. La obras se paralizan (1680-1688)

Comenzamos este apartado con un cambio en la jefatura del ejército. El 6 de marzo de 1681 se despedía del Cabildo Municipal de Badajoz Antonio Paniagua y Zúñiga que como gobernador de las armas de Extremadura había impulsado la construcción del nuevo recinto abaluartado de nuestra ciudad. Como sustituto llegaba Diego de Portugal al que el Rey había nombrado Capitán General. El Cabildo Municipal, en la sesión del 10 de marzo de 1681, acordó felicitar al nuevo Capitán General por el nombramiento.

En lo que se refiere al seguimiento del nuevo recinto abaluartado hemos de destacar que las obras no continuaron pues todos los esfuerzos se centraron en reparar, reconstruir o reforzar las fortificaciones existentes.

No conocemos las razones motivaron la paralización de los trabajos aunque sospechamos que los escasos fondos disponibles no eran suficientes para financiar la obra abaluartada y además era básico reparar las ruinas de las fortificaciones existentes. En este sentido debemos recordar que el Consejo de Guerra (7 de abril; 14 y el 16 de junio de 1679) había insistido en que era prioritario atender

“…al reparo de las fortificaciones arruinadas por ser lo que importa mas el que se compongan, y lo que se podra ejecutar con menos costa…” (1)

El propio Diego de Portugal exponía en un informe fechado el 27 de enero de 1684 que la muralla de la ciudad estaba aportillada en las inmediaciones de la Torre del Canto (10 varas de largo), cerca de la Puerta de Santa Marina (más de 19 varas de largo) y frente al Matadero (más de 20 varas). Por otro lado, el polvorín, los cuarteles y los cuerpos de guardia de los soldados de infantería amenazaban ruina (2). El coste de las reparaciones era tan elevado que temía no poder realizarlas con los fondos disponibles por ello, el 26 de junio de 1684 solicitó la colaboración de la ciudad. Las autoridades municipales, pese a sus dificultades financieras, acordaron contribuir con 120 cahices de cal, además, ese mismo verano libraron 1520 rs. a Antonio Montero por las obras de “aderezo” que había ejecutado en la muralla, es decir, la ciudad también había realizado por su cuenta ciertas obras de reparación (3).

Por otro lado, a la hora de distribuir los escasos caudales los trabajos de fortificación no eran prioritarios. Así, Melchor Portocarrero en la carta que envió al secretario Juan Antonio de Zárate (8 de noviembre de 1684) establece como prioridad la paga de los soldados y después

“…Proseguir la fortificacion que está empezada en la Plaza de Badajoz hasta que quede perfeccionada según está delineada, como tambien en reparar y fortificar las demas plazas de la frontera, y reparar los Almacenes de la Artillería de ella, y cuerpos de guardia, haciendo tablados, gergones, mantas, y cabezales, en que duerman los soldados, y en los almacenes de Badajoz un cobertizo en forma de Atarazana para que en el da pueda estar la Artillería montada, y resguardados los afustes, y encavalgamentos de las aguas y temporal, y todas las cureñas, rodages, armones, y demas generos que estaban en el Cobertizo antiguo que se arruinó con las muchas llubias del Ymbierno pasado, y asimismo se reconocerá la porción que se necesita para los Hospitales, y Medicinas, aderezos de armas, y otros gastos forzosos, é, inescusables…” (4)

Como veremos en el siguiente capítulo, las obras que cita Melchor Portocarrero no se construirán hasta los años 1688 y 1689.


NOTAS.

1. I.H.C.M., Madrid, Colección Aparici-XXVIII, fol. 174v.

2. I.H.C.M., Madrid, Colección Aparici-XXVIII, fol. 180-180v.

3. A.H.M., Badajoz, L.A., 26 de junio de 1684, fol. 48v; 29 de agosto y 4 de septiembre de 1684, ff. 61 y 62.

4. I.H.C.M., Madrid, Colección Aparici-XXVIII, fol. 209v.