domingo, 21 de marzo de 2010

INTRODUCCIÓN

Cuando comencé este trabajo pensé que vería la luz como un libro aunque la buena acogida del blog sobre las puertas de Badajoz me convenció que el formato digital alcanza a un mayor número de lectores. Si se ha retrasado su publicación ha sido por razones meramente coyunturales que me tuvieron ocupado en otros asuntos pero hoy, por fin, comienza su andadura.
Como venimos haciendo con las puertas, cada una de las entradas se corresponderá con uno de los siguientes capítulos:

1. La Guerra (1640-1668).
2. Las fortificaciones entre 1668 y 1675.
3. Cambio de política (1675).
4. El bienio de las obras (1679-80).
4.1. Obras de reparación emprendidas por la Corona.
4.1.1. El camino cubierto.
4.1.2. El Fuerte de Pardaleras.
4.2. Obras de financiación municipal.
4.2.1. Reparación de las murallas.
4.2.2. El cuartel de caballería de Santo Domingo.
4.3. Se inicia el recinto abaluartado.
5. La obras se paralizan (1680-1688).
6. El impulso definitivo (1689).
7. Francisco Domingo y Cueva.
8. El recinto abaluartado. Una primera valoración.
9. Bibliografía.
10. Glosario de personajes, lugares, fortificaciones y términos citados en los textos.
11. Apéndice documental.


1. LA GUERRA (1640-1668)


La Guerra de la Restauración (Guerra de Aclamación, Secesión o Independencia de Portugal, 1640-1668) es un acontecimiento histórico trascendental para Badajoz y en general para las poblaciones españolas y portuguesas próximas a la frontera.

La guerra se desarrolló, básicamente, en la frontera extremeño-alentejana y el Real Ejército de Extremadura, acuartelado en Badajoz, será el que lleve el peso de la lucha .

En los primeros años, los movimientos de grandes contingentes de tropas fueron escasos. Del lado portugués sólo son reseñables para las campañas de 1643, 1644 y 1646. En la primera de ellas destruyeron los pueblos situados en la banda sur de la ciudad de Badajoz. La campaña portuguesa de 1644 tenía como objetivo destruir los pueblos de la banda norte para completar el cerco a Badajoz pero la batalla de Montijo (26 de mayo de 1644), pese a su confuso desenlace, obligó a los portugueses a retirarse sin completar sus objetivos. La campaña de 1646 tampoco fue muy lucida. En esta ocasión se apoderaron del fuerte de Telena (a unos 10 km. al suroeste de Badajoz) y amenazaron con atacar Badajoz. No obstante, el ejército castellano salió a su encuentro y les derrotó cuando se retiraban a Portugal (batalla de Telena, 18 de septiembre de 1646).

Del lado castellano las acciones ofensivas en los primeros años fueron limitadas y se centraron en las plazas portuguesas de Elvas y Olivenza aunque dichas acciones se saldaron con sucesivos fracasos. La ofensiva más notable tuvo lugar en 1657 cuando el duque de San Germán se apoderó de Olivenza y Mourao. Como respuesta, los portugueses sitiaron Badajoz en 1658 y obligaron a Felipe IV a enviar un ejército de socorro. Felipe IV eligió a su hijo, don Juan José de Austria, para dirigir esta fuerza pues le había solicitado, reiteradamente, que deseaba

“…ser empleado en la recuperaçion y Conquista de mi Reyno de Portugal, y los acçidentes presentes han puesto aquellas cosas en estado de no poder dilatar el intento por todos los medios posibles, como ya se ha hecho començandolo a ejecutar con el exerçito que para este effecto mande formar en Merida con asistençia de Don luis de Haro, he tenido por bien de resolber, y ordenar al dho Don Juan mi hijo que sin dilaçion se Venga a españa para seruirme en aquella guerra…” (1)

Finalmente será don Luis de Haro, valido del Rey, quien llegue a Badajoz al frente de las tropas y obligue a los portugueses a levantar el sitio. Este prometedor comienzo se vio truncado cuando don Luis de Haro fue derrotado mientras sitiaba Elvas (batalla de las Líneas de Elvas, 14 de enero de 1659). La derrota fue muy severa y desbarató el primer intento serio de entrar en Portugal.

Los esfuerzos para recuperar Portugal se sucederán a partir del año 1660 y estarán protagonizados por don Juan José de Austria al que su padre había nombrado Capitan General del Exercito para la recuperacion de Portugal (2).

En las primeras operaciones del año 1661 conquistó la plaza portuguesa de Arronches y reconquistó el castillo del Alconchel. La campaña de 1662 culminó con la toma de la plaza de Juromenha.

Para la campaña de 1663 se levantó el mayor ejército que se había reunido en la frontera de Extremadura hasta entonces. La fuerza principal ascendía a unos 18.000 infantes y 8.000 caballos que entrarían en Portugal desde Badajoz al tiempo que otro ejército penetraba por Galicia y la Armada bloqueaba la boca del Tajo. El ejército castellano pasaba la Raya a primeros de mayo. El 22 caía Évora. Todo parecía marchar perfectamente pero poco después las tropas castellanas eran derrotadas en la batalla de Estremoz o Ameixal (8 de junio de 1663). La derrota fue terrible y para muchos puso de manifiesto la imposibilidad de recobrar Portugal.

La campaña de 1664 tampoco fue afortunada y el ataque del duque de Osuna a las plazas de Almeida y Castelo Rodrigo se saldó con un nuevo revés que costó la pérdida de unos 1.000 hombres y toda la artillería (batalla de Castelo Rodrigo o Salgadela, 7 de julio de 1664).

En 1665, Felipe IV designó a Luis Carrillo Toledo y Benavides, marqués de Frómista y Caracena, para sustituir a don Juan José de Austria (21 de abril de 1665). Según recoge el documento de nombramiento, el marqués de Caracena era

“…sujeto de calidad experiençias y credito que se nezesita para el buen cobro y acertada direççion de empresa tan importante como la de la recuperaçion del Reyno de Portugal…” (3)

Las esperanzas puestas en este militar y en un ejército compuesto por cerca de 13.000 infantes y unos 6.500 caballos se esfumaron en la terrible derrota de Villaviciosa o Montes Claros (17 de julio de 1665). Esta última derrota junto con las de Estremoz o Ameixal (8 de junio de 1663) y Castelo Rodrigo o Salgadela (7 de julio de 1664) sellaban la independencia de Portugal. Como señala Rafael Valladares, en Madrid se daba por perdida la guerra aunque nadie sabía como liquidarla (4).

En esta fatal coyuntura, el Real Ejército de Extremadura, que había llevado el peso de la guerra, se encontraba cada vez más abandonado. Para hacernos una idea de su penosa situación tan sólo hemos de apuntar que a comienzos de 1666 los soldados llevaban cinco meses sin cobrar.

A las derrotas vino a sumarse una nueva guerra con Francia (Guerra de la Devolución, 1667-1678) que apremió, aun más, a buscar una solución a la guerra de Portugal. En mayo de 1667 Luis XIV había concentrado en la frontera de Flandes a unos 70.000 hombres. La amenaza era tan seria que las asistencias destinadas a Badajoz se desviaron a Bruselas. En estas circunstancias la situación del Ejército de Extremadura se tornaba cada vez más insostenible. Así, el 5 de julio de 1667 el marqués de Caracena informó al Consejo de Estado que el proveedor del tren de artillería le había retirado la mitad de las piezas pues la Real Hacienda no le había abonado el último pago. Una semana después comunicaba la falta de cebada para los caballos, el aumento del número de desertores, etc (14 de julio de 1667) (5).

Con la salida del marqués de Caracena para Madrid se hizo cargo del gouierno de las armas del Egercito de Extremadura el Maestre de Campo General Luis Ferrer de Aragón y Apiano (XIII conde de Almenara y barón de Illosa).

El 26 de diciembre de 1667, Luis Ferrer remitía al Consejo de Guerra una carta en la que lamentaba la falta de fondos y el pésimo estado en el que se encontraban el ejército y las fortificaciones. Las demandas de Luis Ferrer no eran exageradas pues el propio Consejo de Guerra reconocía que ese año solamente se habían enviado 69.000 escudos, es decir, justo la mitad de una de las mesadas o remesas que habían aprobado remitir a Extremadura. En vista de ello, el Consejo de Guerra recomendó al Rey que lo antes posible se proveyesen los caudales necesarios para atender tanto a los soldados como a las fortificaciones (6).

El 21 de enero de 1668, Luis Ferrer informaba que no había podido contratar el asiento del tren de artillería por falta de liquidez y el asentista (contratista) del pan de munición no podía abastecer las necesidades comprometidas para el ejército. Por otro lado, no habían llegado a Badajoz los 8.000 escudos destinados a las fortificaciones (7).

Afortunadamente la paz estaba cerca. En efecto, tras los desastres militares (batallas de Estremoz, Castelo Rodrigo y Montes Claros) habían aumentado los contactos con Portugal de cara a encontrar un acuerdo. Al mismo tiempo un nuevo conflicto con Francia aconsejaba cerrar la guerra de Portugal lo antes posible y destinar los recursos empleados en la frontera portuguesa para luchar contra Francia.

El tratado de paz con Portugal se llevó a cabo con la intermediación de Inglaterra representada por Edward Montagu, I conde de Sándwich (8) . La firma del tratado se realizó el día 13 de febrero de 1668 en el convento de Santo Elói (Lisboa) y fue ratificado en Madrid (23 de febrero) y en Lisboa (3 de marzo). Posteriormente fue necesaria una nueva ratificación en Lisboa (15 de diciembre de 1668) y en Madrid (20 de febrero de 1669). Entre ambas ratificaciones se había publicado la paz tanto en Lisboa como en Madrid. En Lisboa se hizo pública el 10 de marzo y en algunos puntos de sus fronteras se hicieron celebraciones ese mismo día. En Madrid no se publicó hasta el 17 de marzo.

El 18 de marzo, Mariana de Austria, la Regente, remitió una Cédula Real a Badajoz comunicando tanto la publicación de la paz como la obligación de festejar el evento. Luis Ferrer recibió la Cédula Real el 25 de marzo (Domingo de Ramos) e inmediatamente informó de su contenido a las autoridades municipales que esa misma tarde celebraron Cabildo Municipal. En dicho Cabildo se acordó la celebración de manifestaciones de Regosixo y exposición de luminarias en las casas bajo multa de 2.000 mrvs. y 10 días de cárcel . Posiblemente estas celebraciones sólo pretendían que los vecinos percibiesen la paz como un acto de magnanimidad de Castilla y no como el resultado de una derrota (9).

Al tiempo que se negociaba la paz, en Madrid se estudiaba como debía quedar guarnecida y fortificada la frontera tras la independencia de Portugal. Mariana de Austria había ordenado que una junta especial se ocupase de ello y el 4 de marzo de 1668 dicha junta presentó un informe en el que se valoraba la utilidad de las distintas plazas de la frontera y se detallaba como debían quedar fortificadas y guarnecidas cada una de ellas. En lo que se refiere a la frontera extremeña la junta manifestó lo siguiente:

“…En esta Provincia es el primer Lugar siguiendo la cordillera Gerez, que no esta fortificado, ni es capaz de que se haga; y parece, que pueden guardar los naturales como hasta aquí, y encargando al Consejo de las ordenes (que es quien pone alli Governador) que sea siempre soldado de experiencias.
Siguese la Oliba, y parece que se desmantele
En el Castillo de Alconcher que es fuerte, parece se pongan veinte soldados de Milicias con un Capitan, y que se les de pan de municion.
Siguese Olivenza, y habiendose de restituir esta Plaza (que es la que se puede llamar asi entre las que tenemos) se tiene por preciso que se fortifique a Valunde (sic) recogidamente; de forma que pueda haber hasta 100 hombres de guarnicion, dejando terreno para que los naturales buelvan á poblar dentro del recinto de lo que se fortificare, para cuya egecucion será necesario que se encargue á Don Luis Ferrer haga reconocer el puesto y delinear la fortificacion, y avise lo que para ella sea menester.
La Plaza de Badajoz se sigue después; y parece que se mantenga por ahora su Governador, y hasta ver como se ponen los Portugueses, y se entabla la paz, y llega el tiempo de trocar las Plazas de parte á otra, y si esto se egecuta, será necesario que Don Luis Ferrer se mantenga en su puesto con un Teniente de Maestro de Campo General, y dos Ayudantes, y que en Badajoz haya hasta 200 infantes para las guardias, los 50 de los naturales, los 150 de las Milicias de afuera mas immediatas, que se muden cada tres meses, y á todos se dé pan de municion al dia, y tambien se mantengan 100 cavallos divididos en la misma Plaza y otros parages que pareciere al Maestro de Campo General en dos compañias.
En Alburquerque, parece se tengan hasta 130 hombres que guarden el Castillo, y las Puertas, los 30 del lugar, y los 100 de las Milicias de afuera, con orden que se cuide el Castillo de Piedra=buena, y que se les de el pan.
En Valencia un Capitan que sea soldado, y 40 de las Milicias para el Castillo, que se muden de tiempo en tiempo, y 25 de los naturales para la guarda del lugar, y se les de pan de municion.
El Castillo de Herrera dejarle como está.
Que en Alcantara se observe lo que en Gerez
La Moraleja que la guarden los naturales, y se les de 40 panes al dia.
En la Sierra de Gata no se ofrece que prevenir…” (10)


Por lo que se refiere a los soldados, en el informe se explicita en varias ocasiones que los efectivos de Extremadura debían destinarse a Cataluña para estar preparados ante un ataque francés.

Con la independencia de Portugal comenzaba una nueva etapa para Badajoz. Entendemos que la independencia de Portugal ha sido un acontecimiento histórico trascendental pues consolidó el carácter fronterizo de nuestra ciudad. Precisamente el carácter fronterizo y el componente militar de buena parte de su población van a conformar dos de las señas de identidad más persistentes de Badajoz.


NOTAS


1. A.H.N., Sección Nobleza, FRIAS, C123, D.8-19
2.B.N., Madrid, Ms. 2389, fol. 13. En los mismos términos se refiere a él Jerónimo de Mascareñas (B.N., Madrid, Ms. 6242, fol. 3).
3.A.H.N., Sección Nobleza, FRIAS, C123, D.8-19
4.VALLADARES, R.: La Rebelión de Portugal (1640-1668). Guerra, conflicto y poderes en la monarquía hispánica, Sever-Cuesta, Junta de Castilla y León, Valladolid, 1998, pág. 193.
5.VALLADARES, R.: La Rebelión de Portugal (1640-1668). Guerra, conflicto y poderes en la monarquía hispánica, op. cit., 197.
6.I.H.C.M., Madrid, Colección Aparici-XXVIII, ff. 119-120v.
7.I.H.C.M., Madrid, Colección Aparici-XXVIII, fol. 121-121v.
8.El 21 de enero Luis Ferrer envió un correo al Consejo de Guerra dando cuanta del paso por Badajoz del embajador de Inglaterra (I.H.C.M., Madrid, Colección Aparici-XXVIII, fol. 121). Para todo lo referente a la firma del tratado es muy recomendable la síntesis de José Rodríguez Hernández y Patricia Rodríguez Rebollo ("Entre la guerra y la paz: La Guerra de la Restauración de portuguesa en Extremadura y las negociaciones de paz con Portugal (1640-1668)", VIII Jornadas de Historia de Llerena, Sociedad Extremeña de Historia, Llerena, 2007, pp. 152-154).
9.GÓMEZ-TEJEDOR CÁNOVAS, M.D.: La Virgen de Bótoa. Semblanzas de Badajoz a través de un culto, Excmo. Ayuntamiento, APROSUBA-3, Badajoz, 1989, pp. 104-105.
10.I.H.C.M., Madrid, Colección Aparici-XXVIII, ff. 125-126.

10 comentarios:

  1. Todos tus seguidores nos felicitamos de poder leerte de nuevo en Internet, especialmente los que tenemos que seguir desde el extranjero tus enseñanzas.

    Muchas gracias, Julián.

    Fernando

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  2. Hola Julian, soy Carlos de Pontevedra, gran amante de la guerra de independencia portuguesa y también de la historia militar en general y la arquitectura abaluartada; hace años estuve en badajoz y sentí verguenza por el estado de las murallas y especialmente por el fuerte de san cristobal, me gustaría tener tu email para hablar contigo. Enhorabuena por tus trabajos, son excelentes, también te leo en el blog portugués da guerra de restauraçao.

    Carlos Olbés

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  3. El compañero Rafael Solano ha liberado los comentarios. El próximo día ligará los enlaces y el contador de vistas. Paso a paso

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  4. Para Carlos Olbes.
    Encantado de contar contigo sobre todo siendo,como soy, un seguidor de tus trabajos.Hace años intente ponerme en contacto contigo cuando compartimos comentaios en Velharias. Mi correo es

    muralladebadajoz@gmail.com

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  5. Julián, mi enhorabuena por este nuevo trabajo y mi cabreo más "efervescente" por no publicar el excelente de las puertas...si, si, ya sé...tú para esas cosas no vales, no te gustan etc...yo me lamento porque tus conocimientos no lleguen a todos los sitios que deberían llegar.
    Sabes que cuentas con mi modesto apoyo para lo que gustes y que espero cada entrada para aprender algo más de nuestra ciudad. Gracias por tu trabajo
    (A ver si ahora soy capaz de hacerlo llegar a este puñetero blog, tú que no sabes y yo que no entiendo, vamos de c...con la informática)

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  6. Suscribo el comentario anterior.

    Espero espectante las siguientes entradas de este trabajo.

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  7. Lo mismo digo. Ya era hora, hombre.

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  8. Gracias por tus publicaciones. Soy un ciudadano de Badajoz que me gustaría aprender más sobre mi patrimonio, defenderlo y poder mostrárselo a los demás.

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