sábado, 16 de julio de 2011

7. FRANCISCO DOMINGO Y CUEVA


Dejemos las obras y pasemos a su autor. Francisco Domingo y Cueva era vecino de Blesa (Teruel). No conocemos ni su fecha de nacimiento ni cuando llegó a Extremadura. En realidad, solo podemos señalar con certeza que en 1644 ya servía en el Real Ejército de Extremadura aunque no sabemos si su presencia en Badajoz es anterior a esa fecha. Desde entonces permanecerá en Extremadura salvo una breve estancia en Navarra y San Sebastián (hacia 1682). Falleció en Badajoz en 1694(1).

Durante su larga estancia en Extremadura desempeñó múltiples cargos tanto militares (Capitán de caballería, Capitán de infantería, ayudante de ingeniero, ingeniero, ingeniero mayor, Maestro de Campo supernumerario y Teniente de Maestre de Campo General) como civiles (regidor, alférez mayor, comisario municipal para distintas obras, etc).

Sin desdeñar su faceta constructiva, que fue muy importante, nos vamos a centrar en la de ingeniero. Solicitó plaza de ingeniero en 1644 aunque no tenía experiencia y su formación se limitaba a haber estudiado matematicas. Pese a todo fue admitido ya que había escasez de ingenieros nacionales. En efecto, en enero de 1645 el marqués de Torrescuso señalaba que sólo servían en Badajoz dos ingenieros (Francisco de Agüero y Rafael de Médicis). El marqués de Torrescuso se “olvidó” de Dionisio de Guzmán y del Sargento Mayor Jordán de Xerez. En cualquier caso, la situación era lamentable ya que un ingeniero francés, que fue hecho prisionero en la batalla de Montijo (mayo de 1644), informó a los portugueses de todo lo que se había construido en Badajoz. Por otra parte, Francisco de Agüero estaba agonizando y Rafael de Médicis había recibido orden de trasladarse a las plazas de Aroche y Encinasola. Francisco de Agüero murió a finales del mes de enero del año 1645, de modo que si Rafael de Médicis era destinado a Aroche y Encinasola no quedaría en Badajoz persona que tenga experiencia en fortificaciones. Rafael de Médicis se trasladó a la Sierra de Aroche pues Félix Sancha Soria ha documentado su presencia en Encinasola (mayo) y en Aroche (junio).

El traslado de Rafael de Médicis no dejó a Badajoz sin ingeniero pues en 1645 está documentada la presencia en Badajoz de Francisco Antonio Camasa, jesuita napolitano que ocupaba la cátedra de artes bélicas del Colegio Imperial y al que J.H. Elliot no duda en calificar de eximio matemático (2). Durante su estancia en Badajoz intervino en el presupuesto y tramitación de la Atalaya de la Corchuela (que construirá Francisco Domingo) y en un proyecto para fortificar Jerez de los Caballeros (18 de junio de 1645) (3). En diciembre de 1647 trabajaba en Badajoz Juan Santans y Tapia, otro gran ingeniero, pero al igual que Francisco Antonio Camasa no permaneció mucho tiempo en la frontera Extremeña.

El nombramiento de Francisco Domingo vendría a paliar la escasez de ingenieros. Es decir, sospechamos que fuese la escasez de ingenieros y no su formación la que le permitió acceder al empleo. Como quiera que fuese, desde 1644 Francisco Domingo, que tenía el grado de capitán de caballería, ejercerá de ayudante del ingeniero de la artillería (4). Su primer trabajo documentado como ingeniero, o más correctamente ayudante de ingeniero, lo realizó en 1647 en las fortificaciones de Valencia de Alcántara(5).

Al tiempo que trabajaba como ingeniero realizó obras como constructor/alarife. La primera obra conocida en la que intervino como constructor fue la Atalaya de la Corchuela (19 de julio de 1645) (6). A lo largo de su carrera realizó otras obras (camino cubierto, 1663; puestos de guardia, 1665). Pese a todo, su situación no era muy boyante y en 1659 se vio obligado a vender su caballo para poder subsistir (7).

Como hemos adelantado, Francisco Domingo también fue alférez mayor del ayuntamiento y en 1665 fue nombrado, junto con el regidor Miguel Montero del Moral, comisario para inspeccionar/evaluar el estado de la casa que el Ayuntamiento había comprado para las comedias. Parece ser que cumplieron con diligencia y en el Cabildo Municipal celebrado el 13 de abril de 1665 informaron que la casa se había arruinado y eran necesarias varias obras para cerrar los portillos abiertos y reparar buena parte de la cubierta (8).

El 10 de diciembre de 1666, fue nombrado comisario (delegado/inspector municipal) con el encargo de supervisar la construcción de las atalayas de Cascajoso y Puente de Gévora o Prado Ruano. En esta ocasión también fue el responsable de efectuar el correspondiente repartimiento destinado a financiar dichas obras (9).

Resulta complicado secuenciar los distintos cargos y empleos que desarrolló por ello, nos vamos a centrar en un documento de noviembre de 1669 en que se hace un resumen, que consideramos muy ajustado, de lo que fue su evolución salarial.

Ya hemos dicho que Francisco Domingo ingresó en el Real Ejército como capitán pero dados sus conocimientos de matemáticas y la escasez de ingenieros fue aceptado como ayudante de ingeniero. Sabemos también que después pasó a ayudante de teniente del maestro de campo general con un sueldo de 40 escudos. Posteriormente, y en atención a sus méritos, fue asignado al servicio de Luis Ferrer (Maestre de Campo General y Gobernador de las Armas de Extremadura) con un sueldo de 65 escudos al mes aunque a causa de las dificultades de la Hacienda Pública, se le bajó el sueldo. Francisco Domingo reclamó y 18 de noviembre de 1669 el Consejo de Guerra estudió su petición

“…Ha se visto en el Consejo un Memorial del capitan Don Francisco Domingo Yngeniero Militar y Alferez mayor de la Ciudad de Badajoz en que se refiere ha servido à servido a vuestra Magd veinte y seis años con la aprobacion particular que consta, y de haver perdido mas de diez y ocho mil Ducados de hacienda con ocasión de la Guerra de Portugal y por tenerla en la Raya de aquel Reyno, y por que ademas de lo militar ha servido también à vuestra Magd en lo Politico, siendo en el Ayuntamiento de aquella Ciudad el primer voto el suyo, y de los que siempre han obrado con fineza en quanto se ha ofrecido tocante à concesiones, y que quando la aclamacion del Rey nuestro Señor, levanto el Pendon como tal Alferez mayor haviendole causado tan gran funcion gastos muy considerables: Suplica à vuestra Magd en atención a lo referido hallarse estropeado y imposibilitado de poderlo continuar por la guerra y o mantenerse con los cuarenta escudos que se le han señalado por un año se le situen los sesenta y cinco que gozó ultimamente por los dias de su vida…” (10)

El Consejo de Guerra consideró ajustada la petición y recordó que

“…En los Militares no es habitual se les vaje nada de lo que una vez han gozado por gracia adquirida por sus meritos…” (11)

La Corona no sólo admitió la sugerencia del Consejo sino que además apostilló que la vaja no fue por demerito suyo sino por la estrecheza de la Real hacienda (12). Todo parecía resuelto pero en los años siguientes sigue reclamando el sueldo.

Según María Cruz Villalón, en 1670 partió de Extremadura Luis de Venegas, el ingeniero mayor, y su plaza quedó vacante. Francisco Domingo optó a ella, y la consiguió, aunque los méritos que alegó nos parecen exiguos (había delineado algunas fortificaciones de la frontera y asistió como ingeniero en las operaciones de Olivenza y Elvas) (13). Ese mismo años solicita un aumento de sueldo de 15 escudos.

La situación de Francisco Domingo fue mejorando hasta el punto que el 24 de junio de 1673 fu nombrado alcalde de Santa Hermandad por el Estado Noble (14).

El 9 de agosto de 1674, el Ayuntamiento volvió a nombrarle comisario. En esta ocasión debía supervisar las obras en las puertas y alcapones de la Cabeza de Puente (la puerta que comunicaba la plaza comprendida entre el puente y la Puerta de Palmas con el camino de las Aceñas y Telena) y la puerta de la Aceña (molinos del Guadiana que se localizaban junto lo que hoy es el arranque del Puente Nuevo o de la Universidad) (15). El 13 de agosto de ese año presentó el presupuesto de la obra (16).

En 1675, en compañía de Luis Ferrer (Gobernador de las Armas de Extremadura), reconoció las fortificaciones de la frontera (17). En las cartas que envía Luis Ferrer al Consejo de Guerra se refiere a Francisco Domingo como Capitan Francisco Domingo Yngeniero militar de esta frontera. Los trabajos de inspección se plasmaron en dos informes (8 de febrero y 1 de marzo de 1675) en los que detallaron el estado de las fortificaciones y también los fondos que debían destinarse tanto a las reparaciones como a los sueldos de los soldados.

El 20 de julio de 1675 hace públicas las condiciones para levantar la iglesia del convento de las Descalzas que el mismo había proyectado (18).

El 11 de enero de 1677 informó, también al Ayuntamiento, del coste de las reparaciones del puente del Rivillas, la Puerta de Pelambres y el porttillo q. cae a la puerta de la traición (19). Posiblemente también fue comisario de esta obra (4 de febrero de 1677) (20).

Desde 1677 intervendrá en las gestiones para construir dos cuarteles en Badajoz (licencia real, financiación, etc). En el Cabildo Municipal del 28 de enero de 1677 presentó la planta de los cuarteles de caballería e infantería que había delineado (21). El 11 de agosto, las autoridades municipales acordaron abonarle 400 rs por sus trabajos (tasación del cuartel de caballería y una nueva planta de lo que faltaba para terminar la obra) (22).

Luis de Venegas volvió a Extremadura en 1677. Posiblemente, el retorno de Luis de Venegas esté vinculado con su nombramiento como Ingeniero Mayor de Extremadura (R.O., Madrid, de 8 de febrero de 1677). Como ya hemos visto, Luis de Venegas desarrolló ese año una intensa actividad (informe sobre el estado de las fortificaciones de la frontera de Extremadura y distintos proyectos para fortificar el frente del Rivillas). De ambos trabajos nos hemos ocupado en el capítulo dedicado al cambio de política que se verificó en 1675.

La situación volvió a cambiar, y de nuevo a favor de Francisco Domingo. En efecto, Luis de Venegas fue encarcelado por el asesinato del capitán de caballería Manuel de Acuña y, además, violar la pena de prisión que se le había impuesto. En esta situación, el Rey determinó enviar a Luis de Venegas a América. En 1678 ya se encontraba en América trabajando en Cartagena de Indias aunque Luis de Venegas sigue titulándose Ingeniero Mayor de Extremadura.

Antonio Paniagua solicitó un nuevo ingeniero al Consejo de Guerra pues Francisco Domingo, que estaba presente en Badajoz, no tiene plaza y lo que hace es menester pedírselo (31 de marzo de 1679)(23). Concretamente propone al ingeniero Ambrosio Borsano que por entonces servía en Cataluña.

Como quiera que fuese, la situación de Francisco Domingo terminó normalizándose a partir de mediados de 1679. Desde ese año aparece como ingeniero e interviene en todos los trabajos de cierta entidad que se ejecutan en Badajoz.

En 1679 trabajó tanto para la Corona como para el Ayuntamiento. Para este último diseñó y redactó las condiciones y presupuesto para construir el cuartel de caballería de Santo Domingo. En estas obras también intervino como comisario municipal (24). Asimismo redactó las condiciones para reparar el camino cubierto de la ciudad (8 de de abril de 1679) y el fuerte de Pardaleras (13 de mayo de 1679). En el primer documento aparece como ingeniero militar y en el segundo como ingeniero mayor.

Su actividad fundamental en 1679 se centró en las fortificaciones abaluartadas de la Trinidad. El 2 de junio diseñó y presupuestó dichas fortificaciones. El proyecto incluía dos baluartes (Trinidad y Santa María), la cortina intermedia, parte de otra y el foso. El proyecto fue amputado pues en septiembre de 1679 sólo salió a concurso la construcción de un baluarte, una cortina, parte de otra y medio flanco del Baluarte de Santa María. Estas obras se completaban con la excavación del foso.

Las obras abaluartadas, que comenzaron en 1679, prosiguieron en 1680 pero después no continuaron. Desconocemos las causas y en este asunto sólo podemos señalar que en 1682 Francisco Domingo se encontraba trabajando en Navarra e intervino en las fortificaciones de San Sebastián (25). No sabemos si las obras se paralizaron al desplazarse el ingeniero, o bien, el ingeniero fue desplazado al paralizarse las obras. Tampoco descartamos que otro se hiciese cargo de los trabajos. En este sentido hemos de señalar que Alonso Hernández Manzano aparece citado como maestro mayor de obras y fortificaciones de Badajoz (26). Por lo que se refiere a los trabajos en San Sebastián, Javier Ma Sada señala que Francisco Domingo dirigió las obras exteriores y hornabeques de las murallas y la fortificación del Monte Urgull. La intervención de Francisco Domingo no estuvo exenta de tensión pues mantuvo varias discusiones con Alonso Cepeda y Francisco Franquet.

Ignoramos cuanto tiempo permaneció en Navarra pero en octubre de 1684 ya se encontraba en Badajoz. En efecto, en la Relación de la forma en que se encontraban los presidios de Extremadura y en la que debian ponerse se informa que en octubre de 1684 Francisco Domingo y Cueva servía como ingeniero mayor, Pascual Munio era ayudante de ingeniero y Esteban Mathein era ayudante de ingeniero pero reformado (27). En dicha relación se apunta que debían mantenerse los dos primeros empleos mientras que el tercero se mantendría mientras viviese el beneficiario que gozaba de 20 de escudos al mes por sus muchos servicios crecida hedad y achaques (28).

En los años 1688 y 1689 su labor fue muy intensa. El 18 de mayo de 1688 redactó las condiciones para reparar los baluartes de la Torre del Canto y Santo Domingo y las zonas arruinadas de la muralla. El 12 de julio de 1688 redactó las condiciones para reparar del almacén de los afustes de la artillería y el 31 de agosto hace lo propio para las obras de reconstrucción del fuerte de Montijo.

En 1689 se retomaron las obras del recinto abaluartado. Francisco Domingo es el autor de los proyectos y presupuestos tanto para la muralla comprendida entre el Baluarte de la Trinidad y la Alcazaba (enero de 1689) como para la reparación de los puestos de guardia (23 de abril de 1689). Su labor se extiende también a otros aspectos vinculados con las obras (suministro de piedra y cal para la construcción, etc).

La salud de Francisco Domingo fue deteriorándose con el paso de los años y en una carta del conde de Montijo, fechada el 30 de noviembre de 1691, se dice que

“…Trabaja con el mayor cuidado en la disposición de lo que se va obrando y es muy capaz y de grande inteligencia en la profesion pero está muy anciano y con poca vista y le es de gran molestia la ocupación continua que tiene…” (29)

En atención a esta situación, el conde de Montijo solicitó que Esteban Escudero, que en ese momento servía como ingeniero mayor en Pamplona, pasase por Badajoz a reconocer el diseño y las obras que se estaban realizando. La ocasión era muy apropiada pues Esteban Escudero, natural de Alburquerque, se encontraba por entonces con dos meses de permiso en dicha localidad. Por ello, el conde de Montijo pedía que se le concediesen otros dos meses más para que en ese tiempo inspeccionase las fortificaciones de Badajoz (30). El Consejo de Guerra no accedió y ordenó que Esteban Escudero partiese para Navarra en enero de 1692 pero que informase de todo lo que pudiera haber visto en Badajoz (10 de diciembre de 1691) (31).

El último trabajo que tenemos documentado de Francisco Domingo es un informe, fechado de 10 de septiembre de 1694, dando cuenta del progreso de las obras del recinto abaluartado de Badajoz.

Francisco Domingo murió en 1694 (32). Por entonces se estaba construyendo la cortina que une los baluartes de San José y San Vicente. Este último debió levantarse cuando Francisco Domingo había fallecido aunque debió dejarlo trazado. A favor de esta hipótesis juega el hecho de que este baluarte y el de San José tienen un diseño muy similar y en el último informe de Francisco Domingo sobre las fortificaciones habla de la situación y complicaciones para emplazar el Baluarte de San José como si fuera una obra suya. Otra opción posible es que los baluartes de San José y San Vicente fuesen diseñados por otro ingeniero.


NOTAS


1.CRUZ VILLALÓN, M.: “Problemas de la ingeniería militar española en el siglo XVII. La plaza de Badajoz”, Norba-Arte (1996), Universidad de Extremadura, Cáceres, pág. 211; CRUZ VILLALÓN, M.: Ciudades y núcleos fortificados de la frontera hispano-lusa. El territorio de Extremadura y Alentejo. Historia y Patrimonio, Junta de Extremadura, Cáceres, 2007, pp. 272-273.

2.ELLIOT, J.H.: El conde-duque de Olivares, Grijalbo-Mondadori, Barcelona, 1998, pág. 552.

3.A.H.P., Badajoz, Prot. 300, fol. 140bis; I.H.C.M., Madrid, Colección Aparici-XXVI, fol. 75

4.CRUZ VILLALÓN, M.: “Problemas de ingeniería militar española en el siglo XVII. La Plaza de Badajoz”, op. cit., pág. 206.

5.CRUZ VILLALÓN, M.: Ciudades y núcleos fortificados en la frontera hispano-lusa, op. cit., pág. 272.

6.GARCÍA BLANCO, J.: Las fortificaciones de Badajoz durante la Guerra de la Restauración de Portugal (1640-1668), Aprosuba-3, Badajoz, 2001, pág. 128-129.

7.CRUZ VILLALÓN, M.: “Problemas de ingeniería militar española en el siglo XVII. La Plaza de Badajoz”, op. cit., pág. 206.

8.A.H.M., Badajoz, L.A., vol. XI, fol. 30.

9.A.H.M., Badajoz, L.A., vol. XI, fol. 65v.

10.I.H.C.M., Madrid, Colección Aparici-XXXVI, fol. 205-205v.

11.I.H.C.M., Madrid, Colección Aparici-XXXVI, fol. 205v.

12.I.H.C.M., Madrid, Colección Aparici Aparici-XXXVI, fol. 206.

13.CRUZ VILLALÓN, M.: “Problemas de ingeniería militar española en el siglo XVII. La Plaza de Badajoz”, op. cit., pág. 210.

14.BARREDO DE VALENZUELA Y ARROJO; DE CÁRDENAS Y LÓPEZ, A.A.: Nobiliario de Extremadura, tomo II, Ediciones de la Revista Hidalguia, Instituto Salazar y Castro, Madrid, 1977, pág. 211.

15.A.H.M., Badajoz, L.A., vol. XIV, fol. 130v.

16.A.H.M., Badajoz, L.A., vol. XIV, fol. 131.

17.CRUZ VILLALÓN, M.: Ciudades y núcleos fortificados en la frontera hispano-lusa, op. cit., pág. 272.

18.MARCOS ÁLVAREZ, F.: “Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz: el convento de Ntra Sª. de las Mercedes de clarias descalzas” R.E.EX, LIII-3, Diputación Provincial, Badajoz, 1997, pág. 890.

19.A.H.M., Badajoz, L.A., vol. XVI, fol. 2.

20.A.H.M., Badajoz, L.A., vol. XVI, fol. 10.

21.A.H.M., Badajoz, L.A., vol. XVI, fol. 7v.

22.A.H.M., Badajoz, L.A., vol. XVI, fol. 96v.

23.CRUZ VILLALÓN, M.: “Problemas de ingeniería militar española en el siglo XVII. La Plaza de Badajoz”, op. cit., pp. 208 y 212

24.GARCÍA BLANCO, J.: “El cuartel de caballería de Santo Domingo”, Apuntes para la Historia de la Ciudad de Badajoz, Tomo V, R.S.E.A.P., Badajoz, 2004, pp. 107-114

25.CRUZ VILLALÓN, M.: “Problemas de la ingeniería militar española en el siglo XVII. La plaza de Badajoz”, op. cit., pág. 211.

26.A.H.P., Badajoz, Prot. 1764, fol. 246.

27.Relación de la forma en que se encontraban los presidios de Extremadura y en la que debian ponerse (6 de octubre de 1684), Colección Aparici-XXVIII, fol. 182-182v.

28.Relación de la forma en que se encontraban los presidios de Extremadura y en la que debian ponerse, op. cit., fol. 184-184v.

29.I.H.C.M., Madrid, Aparici-XXVIII, fol. 215v; CRUZ VILLALÓN, M.: “Las murallas de Badajoz en el siglo XVII”, Norba-Arte, VIII (1988), Universidad de Extremadura, Cáceres, 1989, pág. 133.

30.I.H.C.M., Madrid, Aparici-XXVIII, fol. 215-215v.

31.I.H.C.M., Madrid, Aparici-XXVIII, fol. 216.

32.I.H.C.M., Madrid, Aparici-XXVIII, fol. 280; CRUZ VILLALÓN, M.: “Problemas de la ingeniería militar española en el siglo XVII. La plaza de Badajoz”, op. cit., pág. 211.

6 comentarios:

  1. Se me olvidó decir que entre los meses de mayo y junio de 1648 también trabajo en Badajoz el gran ingeniero Cosmander.

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  2. Julián, es increíble tu generosidad, y la minuciosidad de tu estudio. Enhorabuena, por el trabajo. Va a ser una fuente de primer orden, que bien merece publicarse como libro. Un abrazo enorme, José-Manuel González González

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  3. Es un placer leerte Julian...Gracias por tu dedicacion al patrimonio de Bdajoz...Un abrazo..Javier Teijeiro Fuentes...

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  4. Estoy de acuerdo contigo en lo del Arsenal de Artillería de la C/ de Santiago en el Castillo....Es un edificio que Ignacio Sala detalla en negro,diferenciándolo de los demás,lo que prueba que es sin duda una edificación SINGULAR importante...Pudiera corresponderse con este edificio....

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  5. El anónimo anterior es mío...Solo q tengo q publicar como Anónimo ya que no se hacerlo de otra manera...He publicado varios comentarios en los blogs de J.J.Benítez y Fernando de la Iglesia pero no me han salido...Menos mal que en el tuyo se puede...Un Abrazo...Javier Teijeiro Fuentes.....

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  6. Cuando parece que no se podía encontrar nada nuevo salta la libre. Como es conocido, Francisco Domingo fue alférez mayor del ayuntamiento. Su acceso al cargo vino de la mano de su esposa Leonor Becerra de Moscoso. El “oficio” de alférez mayor fue creado por Felipe II (el 6 de abril de 1559) a favor de Fernando Becerra de Guerra. El título se incorporó a su mayorazgo y, pasados los años, lo heredó Leonor Becerra de Moscoso. A su vez, Leonor Becerra, como titular del mayorazgo, dispuso que el oficio de alférez mayor lo ejerciese su esposo (Francisco Domingo). En la sesión municipal del 9 de noviembre de 1662 se trató sobre la idoneidad de Francisco Domingo para el cargo. La mayor parte de los regidores no encontraron obstáculos ni contradicción para que Francisco de Domingo ejerciese como alférez mayor pero su condición de aragonés (había nacido en Blesa, Teruel) le trajo algunas complicaciones pues los regidores Nuño de Chaves y Juan de la Rocha expusieron que

    “…por ley de el Reyno ningun estraño del puede ser rexidor sin estar naturalizado y siendo como esta ciud del Reyno de leon y el pretendiente es del Reyno de aragon no esta capaz para poder entrar en dho ofio…”

    Pese a todo se aprobó su nombramiento y el mismo día se le tomó testimonio y juramento. No obstante, el título de alférez mayor de Badajoz formaba parte del mayorazgo de su esposa y Francisco Domingo sólo podría ejercerlo en tanto ella viviera pues al morir el heredero del mayorazgo sería el titular del titulo de alférez mayor.
    A.H.M., Badajoz, L.A., 9 de noviembre de 1662

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